a rozarme,
a recordarme lo que pudimos ser,
y por miedo,
no fuimos
y nos quedamos con las ganas.
Vas a volver a tentarme
para hacerme saber,
que eres como el buen vino,
que, con los años, mejora
y yo,
que soy una alcohólica rehabilitada
aquí sigo aguantándome las ganas,
de probar si has mejorado
y tener de nuevo una experiencia.
Tengo que soportar(te)
una vez más,
como la tentación
y eso, querida, te encanta.
Te fascina ver cómo me resisto
por no volver a caer
una vez más,
y más tarde, caer, pero en el olvido.